Cuando conocí la figura de la orientadora educativa al empezar la E.S.O. con 12 años, decidí que quería ser psicóloga, me resultó extraordinario que alguien se ocupase de comprender qué nos ocurría a las y los adolescentes: entender nuestros sentimientos, inquietudes y nos mirase más allá de la parte puramente académica.
En Bachillerato seguía teniéndolo claro, cursé la asignatura de Psicología en segundo y confirmé que era a lo que quería dedicarme; cuando solicité universidad fue mi primera opción estudiar en la Universidad Complutense de Madrid la Licenciatura.
En un inicio me interesó más la faceta educativa y social de la Psicología, y compatibilizando con los estudios, trabajé en varios proyectos socio-educativos en Madrid en los que aprendí muchísimo.
Pronto me interesó la Psicoterapia también en el año que hice la Beca Erasmus en París pude además ampliar mi conocimiento sobre ello con las asignaturas que elegí; cuando terminé la licenciatura realicé dos postgrados especializados en psicoterapia, uno de ellos en Orientación Psicodinámica y el otro en el Enfoque Humanista, los cuales consolidaron y ampliaron mis conocimientos tanto teóricos como prácticos en el proceso de psicoterapia.
Durante algunos años compaginé mi actividad como psicoterapeuta con proyectos socioeducativos realizando atención a infancia, adolescencia y familias, y, actualmente compatibilizo el trabajo en consulta con proyectos de prevención y educación emocional, convivencia escolar, además de atención a infancia y adolescencia con altas capacidades y sobredotación intelectual.
Además, algo que considero fundamental para poder dedicarme a la psicoterapia y al trabajo con personas es mi propio trabajo y desarrollo personal – mi proceso de análisis y autoconocimiento, así como la formación permanente – el cual me ayuda a comprenderme de una manera más profunda y auténtica, y me permite entregarme con más consciencia y compromiso a mi tarea de acompañar y orientar a las personas para quienes trabajo.
Carmen del Castillo – Psicóloga